Las
emociones se encuentran en el centro de la existencia de una persona debido a
la influencia que tienen sobre todos los aspectos que rodean a la vida misma. La manera en que cada uno de nosotros aprende
a manejar sus emociones será la medida del éxito propuesto. Es por eso que para alcanzar el éxito en
nuestra práctica profesional debemos ser emocionalmente inteligentes haciendo
nuestras ciertas competencias y habilidades.
A continuación
encontrarán algunas de ellas
- Autoconciencia: esto es tener conocimiento de las propias emociones en el momento
justo que aparecen, saberlas identificar poniéndoles nombre y
jerarquizando su intensidad.
- Autocontrol: es la capacidad de controlar la expresión de nuestras emociones
pero con la particularidad de hacerlo en el momento justo.
- Automotivación: las personas que tienen esta capacidad de motivarse a sí mismos
son más persistentes y tenaces pues han fijado previamente el objetivo que
persiguen.
- Empatía:
significa reconocer las emociones ajenas poniéndose en su lugar. Una de las herramientas básicas para
poder desarrollar la empatía es el sabe r escuchar y descifrar hasta la comunicación
no verbal.
- Destreza social: se refiere a saber relacionarse adecuadamente con el resto de las
personas que nos rodean, entenderse con ellas; en esta competencia está implícito
el liderazgo, la popularidad.
Así
pues, las emociones junto con las habilidades y competencias serán el detonante
del éxito en nuestras prácticas laborales funcionando como una guía que marca
la pauta de los esfuerzos que nos hemos propuesto.
Referencia:
Ibarrola,
Begoña. (s/f). La educación de la
inteligencia emocional. Recuperado el 14 de marzo de 2012, de: http://www.laaventuradelavida.net/es/doc_lav/documentos/habilidades/La%20educaci%C3%B3n%20de%20la%20inteligencia%20emocional.pdf
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